En la calle, el tiempo de los hombres se mide con ventanas
maderas de ayer y ladrillo
con la sombra de piedra que se alarga
cuando el día va escalando su cúspide.
Guardan todos un pájaro en el pecho;
sintiéndose jaula y enjaulados
al regreso, sus casas
su recuerdo, su estadía.
Si este es un poema, lo es de pájaros;
en los hombres, encerrados
en sus pechos, en la calle, en sus casas.
Pájaros sin alas,
los pájaros cautivos de los hombres.
yo siento que tengo un pàjaro en el pecho, que aletea pero no puede salir, me gusto lo del pajaro en el pecho
ResponderEliminarescupa! escupa!
Eliminarahora el pájaro salió y me llevó, viajamos por el cielo entre las nubes y ya no veo las cosas desde el suelo
EliminarLo degusté mucho, y sentí y me sentí un pájaro.
ResponderEliminardeberías entonces dibujarte unas alas enooormes para volar, para enseñarme y para poder hacerlo juntos
EliminarYa las empecé a dibujar, poquito después de conocerte. Pero las quiero muy muy enormes, para llevarte conmigo tan lejos como quieras.
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