.La lluvia derramada
y un poco de miel
no basta.
.El corazón es como ese motorcito
chiquito que busca y busca
todo el tiempo
No terminamos
de comprender del todo qué busca. Sabemos que se confunde. Pero no se
cansa.
.Podemos entender
cuando una palabra dicha, o no dicha, gritada o susurrada, puede
desatar una revolución.
Las palabras
provocan, inquietan, movilizan. Y cuando llegan, te despiertan. Aunque creemos
que encerradas en nosotros no sirven. Son pensamientos que exigen ser
convertidos en acción.
Interpretamos
cada una de nuestras palabras, alteramos su orden, y nos las repetimos para usarlas
como generadores de respuestas, pero pueden mucho más que eso; hacen
cuestionarnos: una y otra y otra vez.
.Dos calles que nunca se cruzan.
El destiempo es como una fruta
verde, amarga.
Es no tocar a tiempo la nota
justa,
o un perdón que demoró en
llegar.
El destiempo es una tarde fría de
verano.
Es un desencuentro.
El destiempo, es una ironía.
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