martes, 30 de octubre de 2012

La lluvia que busca palabras para encontrarte.


.La lluvia derramada 
y un poco de miel 
no basta.

.El corazón es como ese motorcito chiquito que busca y busca 
todo el tiempo
No terminamos de comprender del todo qué busca. Sabemos que se confunde. Pero no se cansa.

.Podemos entender cuando una palabra dicha, o no dicha, gritada o susurrada, puede desatar una revolución.
Las palabras provocan, inquietan, movilizan. Y cuando llegan, te despiertan. Aunque creemos que encerradas en nosotros no sirven. Son pensamientos que exigen ser convertidos en acción.
Interpretamos cada una de nuestras palabras, alteramos su orden, y nos las repetimos para usarlas como generadores de respuestas, pero pueden mucho más que eso; hacen cuestionarnos: una y otra y otra vez.

.Dos calles que nunca se cruzan.
El destiempo es como una fruta verde, amarga.
Es no tocar a tiempo la nota justa,
o un perdón que demoró en llegar. 
El destiempo es una tarde fría de verano.
Es un desencuentro.
El destiempo, es una ironía.

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