jueves, 12 de abril de 2012
Juan Salvador Gaviota.
Rafael suspiró, pero prefirió no discutir.- Creo que te echaré de menos, Juan- fue todo lo que dijo.
-¡Rafa, qué vergüenza! -dijo Juan reprochándole-. ¡No seas necio! ¿Qué intentamos practicar todos los días? ¡Si nuestra amistad depende de cosas como el espacio y el tiempo, entonces, cuando por fin superemos el espacio y el tiempo, habremos destruido nuestra propia humanidad! Pero supera el espacio y nos quedará sólo el Ahora. Y entre el Aquí y el Ahora, ¿no crees que podremos volver a vernos un par de veces?
Rafael Gaviota tuvo que soltar una carcajada.
-Estás hecho un pájaro loco -dijo tiernamente-. Si hay alguien que pueda mostrarle a uno en la Tierra cómo ver a millas de distancia, ése será Juan Salvador Gaviota. - Quedóse mirando la arena-: Adiós, Juan, amigo mío.
-Adiós, Rafa. Nos volveremos a ver.- Y con esto, Juan evocó en su pensamiento la imagen de las grandes bandada de gaviotas en la orilla de otros tiempos, y supo, con experimentada facilidad, que ya no era sólo hueso y plumas, sino una perfecta idea de libertad y vuelo, sin limitaciones alguna.
Fragmento de "Juan Salvador Gaviota, un relato". Richard Bach.
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