Lo que escuché en sus discos fueron canciones en
que el silencio, la guitarra y una voz suave, melancólica y enrarecida por un
efecto de doble voz son las protagonistas, canciones muy lindas, para un día de
lluvia, o una noche mirando el mundo por tu ventana.
La siguiente es la trascripción de la nota
de La Mano del número 39, mes de junio de 2007:
Unidos por el destino.
Por Diego Mancusi.
Jeff Buckley y Elliott Smith son dos excelentes
parámetros para distinguir a quienes saben de música de quienes realmente saben
de música. Es decir: si pensás que lo mejor de los años noventa fueron Nirvana
y Pearl Jam, estás bien orientado. Pero si además tenés en claro que entre lo mas
interesante de la década está la obra de estos dos jóvenes y malogrados
cantautores jamás vistos en MTV, bueno, sentite parte de una especie de elite,
un poco absurda e ingrata, pero elite al fin.
A Buckley y Smith los unió su talento, su
condición de singer-songwriters en una época poco propicia para el género, y,
por último, su muerte trágica: el primero (hijo del también cantador Tim Buckley)
falleció ahogado en el río Mississippi a los treinta y un años, mientras que el
segundo se suicidó a los treinta y tres, clavándose dos puñaladas en el
pecho luego de discutir con su novia.
Ahora, como si el destino siguiera emperrado en
emparejarlos, salen nuevos discos de ambos con apenas catorce días de
diferencia entre uno y otro.
So Real: Songs from Jeff Buckley está en las
bateas primermundistas desde el 22 de mayo, una semana antes de cumplirse el
décimo aniversario del chapuzón
fatal de su autor. Es lo mas parecido a un
grandes éxitos que puede tener un artista sin grandes éxitos: recoge temas
de su único disco de estudio (el maravilloso, sublime, perfecto Grace, de 1994)
canciones de sus lanzamientos periféricos como la colección póstuma de demos
(Sketches for my sweetheart the drunk o sus EP en vivo) y a modo de ganchos
inéditos, una versión acústica de So Realy un cover de I Know it´s over, de The
Smiths.
El objetivo de ”antología para principiantes y
coleccionistas obsesivos” está cumplido, pero la prioridad sigue siendo
conseguir Grace y Sketches… para conocer fielmente la eléctrica sensibilidad
(tan deudora del Fol. Como de Led Zeppelín) que le valió a Buckley el
elogio de Chris Cornell, Tom Yorke, Paul McCartney, Bob Dylan y David Bowie,
entre otros.
Lo de Elliott Smith, en cambio es un extraño caso
de lanzamiento post mortem imprescindible. Más aún: de segundo lanzamiento post
mortem imprescindible! (en 2004, un año después de su deceso, salió su álbum
inconcluso From a basement on the hill).

Thirteen, New monkey, High times y la versión
alternativa de Miss misery (lo mas parecido a un hit que tuvo en su carrera)
son los highlights de esta compilación, cuyas ganancias serán destinadas a
Outside in, una ONG que se encarga de asistir a personas sin hogar en los
estados unidos.